domingo, 26 de diciembre de 2010

DE ASTILLEROS, TOMATES Y OTRAS CUESTIONES

por Ank Strasser


"Quiero comprar un tomate fresco. Voy a llamar a un verdulero para que me venda uno recién sacado de la huerta. Pero resulta que si doy a un botón en mi ordenador un tomate parecido en sabor y color se instala automaticamente en mi nevera..." escribe el actor Javier Ángel Encinas Bardem para explicarme lo malo que es para la industria hortícola que esto suceda, pues al darle yo al botón de mi ordenador, estaría dejando sin empleo a miles de persona que viven de la siembra, recolección, industrialización, logística y distribución del tomate.

Asombra el desconocimiento de la realidad española, y europea en general, por parte del señor Javier Ángel Encinas Bardem. Si bien es cierto que, aún, es imposible que por apretar un botón aparezca un tomate en nuestra heladera, no es menos cierto que quienes realizan tareas de horticultura en España han visto reducidas sus posibilidades de trabajo por varias causas, de las que una muy importante es la importación de productos horticolas de países orientales o latinoamericanos o de la cercana África, a un costo muy inferior al producido en España -atención que hablamos de costo y no de calidad-. Ahora bien, si para un empresario poner un kilo de tomates, producidos en España, a la venta en una verdulería lleva un costo (suponemos) de 2 euros y traerlos de Marruecos, para venderlos en la misma verdulería, cuesta (suponemos) 0,50 céntimos ¿qué cree el señor Javier Ángel Encinas Bardem, que hará el señor empresario? Tranquilo Encinas, yo se lo explico. El euro es una moneda fuerte y esto hace que el señor empresario no pueda competir en el mercado internacional porque el costo para obtener ese kilo de tomates es muy alto, pero...cuidado, ese mismo empresario puede importar y con una moneda fuerte como el euro puede comprar muchos kilos de tomates y además ganar mucho, mucho más porque no necesita trabajadores para cultivar, ni para cosechar, ni para industrializar los tomates, Ahora sólo precisa un teléfono, una computadora, un empleado administrativo, y el mismo galpón en que guardaba sus tomates y que ahora abre sus puertas para recibir los contenedores que llegan de Marruecos o de Oriente o de Latinoamérica cargados con los Lycopersicon esculentum al más bajo precio.
Se acuerda de "Los Lunes al sol", bueno podríamos decir que primero fueron los astilleros y ahora los tomates. Me entiende Encinas? En la película -ficción claro, pero me encantó su interpretación- usted dice que el mayor problema lo tendrán los que vienen, a los jóvenes ya no les quedaran astilleros, pero tampoco tierras para cultivar, agrego yo; más aun si tenemos en cuenta que el señor empresario bien pudo haber vendido sus tierra para la construcción de pisitos de 40 m2 o adosados, eso sí todos con piscina y campos de golf muy próximos, total en España sobra el agua ¿no?.

Pero resulta que usted Encinas, me viene con el ejemplo del tomate para mostrarme la terrible realidad que acecha al colectivo del séptimo arte de no aprobarse la Ley que regule las webs y la protección de la propiedad intelectual -popularmente conocida como Ley Sinde-y yo creo que la cosa no se queda ahí, es más Encinas, tengo la convicción que lo que se intenta es controlar, es censurar de una vez y para siempre, lo único que nos queda para estar informados del descomunal saqueo al que estamos sometidos cada día. El total control de internet, eso es lo que se pretende; porque lo demás es todo "desinformación" llamese Grupo Prisa, o multimedio Clarin, o red O'Globo o Washington Post o The Times o tenga el nombre que tenga, porque todos están al servicio del capital, y no de ahora, sino desde hace mucho tiempo.

Es imposible no estar con usted cuando sale en defensa de las muchas personas que pueden quedarse sin trabajo, lo mismo, creo yo, que ocurrirá si muchos paisanos suyos decidiesen irse a vivir a otros países, imaginemos el panorama, pintores sin trabajo, fontaneros sin trabajo y hasta médicos, enfermeras y matronas en el paro si a las españolas se les ocurriese ir a dar a luz a sus hijos a otras latitudes muy lejanas de Castilla. Tiene usted razón Encinas en el speech de Los lunes al sol, para los jóvenes españoles ya no quedan astilleros, les aguarda un país endeudado en más de 600.000 millones de euros. Es mucho pedir que al menos les quede la posibilidad del libre acceso a la información?.