by María García
Pensar, reflexionar, es un ejercicio maravilloso que sin esfuerzo físico nos permite oxigenar nuestra mente, agilizar nuestra capacidad de discernir y así poder comprender la realidad en la cual nos ha tocado vivir , para poder hallar los caminos que nos conduzcan a un mundo basado en la razón y no en el imperio de la fuerza.
Ya lo habíamos dicho hace un par de años, el pensar nos permite ver más allá y en situaciones difíciles poder hallar las soluciones que no somos capaces de distinguir, ni siquiera, a corta distancia. Por lo tanto es de capital importancia que reflexionemos y que no nos quedemos encerrados en dogmas que lo único que nos dejan es el sabor de la frustración.
Para quienes deseen comenzar con la natural capacidad de pensamiento con que estamos preparados para afrontar la vida, aquí va un ejercicio:
Anuncia la empresa que nos vende la energía eléctrica que con el nuevo modelo de facturación "pagaremos por lo que consumimos"...Ahora bien, respiramos con tranquilidad y nos ponemos a pensar en las facturas que hemos abonado en el pasado cercano y/o lejano -si el lector es de esas personas ordenadas, puede verificar las facturas archivadas en la carpeta correspondiente a gastos de servicios del hogar-y nos hacemos la siguiente pregunta: "¿Qué hemos estado pagando hasta ahora?".
