martes, 22 de marzo de 2011

NOW


by Otto Plögerweden

Hace casi medio siglo, el Departamento de Estado de los EEUU recurría, una vez más, a la mentira para que el Congreso otorgara plenos poderes al presidente para destruir. Aquella vez fue el turno de un lejano país del sudeste asiático: Vietnam.
Los mentirosos afirmaron que unas lanchas vietnamitas habían atacado a un barco estadounidense: el Madoxx, que realizaba tareas de reconocimiento en el Golfo de Tonkín. El Congreso aprobó lo que se conoce como la Resolución del Golfo de Tonkín, mediante la cual se le otorgaban plenos poderes al presidente para que interviniese militarmente en aquella región.
La historia demostró años después que el ataque al Madoxx en el golfo de Tonkín fue en parte una invención que el presidente Lyndon Johnson aprovechó para lograr del Congreso, a través de McNamara, la "resolución" que le daba carta blanca para realizar las acciones bélicas necesarias contra Vietnam del Norte, sin la supervisión del Congreso. Aunque las autoridades afirmaron después que el incidente había sido consecuencia del erróneo avistamiento por el radarista del Maddox de las lanchas torpederas norvietnamitas.
Siempre mienten, siempre. Pasan los años y la verdad, que todos conocen y todos callan, sale a la luz. Ahora, cuando casi no se habla de lo ocurrido con el terremoto en Japón y mucho menos de la central nuclear ¿debemos creer lo que nos cuentan sobre los motivos de las acciones militares sobre Libia?