by María García
En esta etapa de pleno desarrollo capitalista, que algunos mal llaman crisis, suelen aparecer cifras contradictorias que nadie explica. Miremos lo que ocurre en Grecia, un Estado de la periferia europea e integrante de la eurozona, -en quiebra según los analistas económicos- ha tenido que ser rescatado por medio de prestamos del Banco Central Europeo y el FMI. Con una situación social al borde del estallido, presenta una taza de desempleo del 18%. Veamos ahora lo que ocurre en España, otro de los Estados de la periferia europea que ingresó, hace una década, a la eurozona y que desde hace tiempo viene aplicando políticas de recortes en el gasto público y aceptando las ordenes que desde Berlín o Bruselas le dan para reducir y controlar el déficit fiscal, al punto tal que debió modificar la Constitución, algo impensable hasta ese momento, presenta una taza de desempleo del 22% y no se perciben síntomas de descontento en la población, que puedan generar una situación previa al estallido social como sí ocurre en Grecia. Por qué, siendo la situación griega mucho peor que la española, la taza de desempleo de la península helénica es cuatro puntos más baja que la española, es un misterio del que ningún experto de la TV hace comentario alguno. Ya no solo no se informa de las multitudinarias manifestaciones del pueblo griego contra las políticas de ajuste que impone Berlin, sino que ni se analizan las cifras contradictorias como las que comentamos aquí.