by Hector Enrique
La sanidad y la educación son dos "bienes" con los que se puede lucrar y por lo tanto el capital no puede dejar pasar esta oportunidad. Durante épocas de plenos beneficios en otras áreas, estos dos sectores (sanidad y educación) fueron dejados en manos del Estado. No son gratuitos, dado que los ciudadanos pagan impuestos para -entre otras cosas- obtener buena educación y buen servicio médico, pero se los enmarca dentro de los servicios públicos, garantizados por el Estado y por tal razón algunas personas creen -y otras hacen creer- que son gratuitos. Ahora bien, en épocas de crisis, con recetas de ajuste y reducción del déficit fiscal y con una, cada vez más difícil capacidad de hacer negocios por parte de las empresas, el Estado se ve obligado -por defender los intereses de la clase dominante- a entregar estos "negocios" a manos de empresas privadas para su gestión. Estas empresas se ven beneficiadas por (entre otras cosas) recibir un mercado "cautivo", es decir los ciudadanos. Estos son obligados a pagar por los servicios de salud y educación, los mismos servicios que, recordemos, ya han pagado mediante sus impuestos.
Ayer acudimos a una manifestación en defensa de la sanidad y la educación pública en España y me llamó la atención la poca gente que concurrió a la misma. Es desconcertante observar que para el grueso de la ciudadanía parece no importar que en poco tiempo se le vuelva a cobrar por lo que ya han pagado.
