by Otto Plögerweden
"Un tropezón cualquiera da en la vida, y el corazón aprende así a vivir." Así es una parte de la letra de un viejo tango que, se me ocurre, viene a cuento de lo ocurrido hace unas horas en Hamburgo. Cuando los medios de desinformación vienen comentando maravillas de la economía alemana y de la importancia de las declaraciones de su canciller al visitar a la pobre España para la que sólo queda una sucesión interminable de ajustes estructurales en beneficio de los que más tienen, resulta que en Hamburgo, el partido gobernante (CDU)ha perdido estrepitosamente la primera elección -de las siete que han de realizarse este año-. Esto puede ser sólo un tropezón para la canciller o tal vez el inicio del fin. Pero lo que no hay que dejar de contemplar es que mientras los medios dicen una cosa, la realidad muestra otra. Si todo va tan bien en Alemania, ¿por qué los ciudadanos de Hamburgo han optado por elegir otros representantes? Veremos qué ocurre más adelante.