Han pasado muchas horas desde la multitudinaria manifestación en Madrid y aún no se animan a dar cifras de la concurrencia. Fueron muchos, muchisimos, más de 400.000, quienes el domingo por la tarde decidieron ejercer su derecho a manifestarse, pero la clase política calla. Ese silencio puede que sea porque, ésta clase política, no esta preparada para enfrentarse a situaciones pacíficas de tanta envergadura. Seguramente que estarían más cómodos si hubiesen ocurridos hechos violentos, entonces sí, convocarían conferencias de prensa, de esas en que los periodistas preguntan solo lo que los entrevistados quieren que se les pregunte y darían la perorata con lo del terrorismo y esas cuestiones. Pero no, el "ismo" que más se extendió durante la manifestación fue el "alegreismo", una alegría generalizada en un grupo humano que ha comenzado a transitar el sendero de la autentica democracia.