martes, 25 de septiembre de 2012

EL DESGASTE DE LAS PALABRAS

by Otto Plögerweden




Tras los oscuros años de la última dictadura que dejo el triste saldo de 30.000 desaparecidos, el gobierno que inició la transición a la democracia, en la República Argentina,  promovió el juicio a las juntas militares genocidas.  Los responsables fueron juzgados y sentenciados y si bien muchos se vieron beneficiados por las leyes de "obediencia debida" y "punto final", los principales personajes de aquellos años -todos militares- recibieron condena.  Cuando Carlos Menen ganó las elecciones y asumió el poder, comenzó a hablarse del indulto a las juntas militares que habían recibido sentencia y que, si bien estaban en jaulas de oro, al menos uno no corría el riesgo de cruzárselos por algún lugar del extenso territorio del país sudamericano.  Tanto se hablo y se dijo y se opino del indulto, que aquella palabra aburrió y llegado el momento, el indulto fue otorgado y los criminales recuperaron la libertad.  La palabra "indulto" se había desgastado a tal punto que en el momento de aplicarse no se produjo -casi- reacción.  Hace unos minutos, se me ocurrió buscar en internet -ya es imposible vivir sin él- alguna noticia sobre el "rescate de la economía" del los países periféricos de la Unión Europea y la respuesta a mi consulta se vio resuelta en tan solo 0,34 segundos.  Ese espació de tiempo fue el que necesito el servidor para informarme que contaba con aproximadamente 30.200.000 resultados en los que se hacía mención a "rescate de la economía", con lo cual no pude menos que pensar que tal vez -lamentablemente- nos enfrentamos a un nuevo desgaste de palabra.  Cuando en pocos días se produzca el tan mentado "rescate" de la economía española del que se viene hablado desde hace varios meses, la masa estará tan aturdida de haber oído la mágica -por llamarla de algún modo- palabra, que ni siquiera se detendrá un instante para reflexionar sobre el tema.