martes, 31 de marzo de 2009

JUGANDO...


Quién no ha jugando alguna vez a "deshojar la margarita"? No lo recuerdas? es más o menos así: se toma una margarita y se van quitando los pétalos uno a uno mientras se dice: me quiere mucho, poquito o nada. Al quitar el último pétalo sabremos a cuanto llega el amor que nos tienen... aunque ahora hay quien desoja la margarita para saber si sus ahorros están a buen resguardo. Cómo es esto? Pues tan simple como el método anterior: se toma una margarita y se van quitando los pétalos uno a uno, pero ya no se pregunta por la cantidad de cariño, ahora la incógnita es: el banco me devolverá todos mis ahorros, un poco de mis ahorros, nada de mis ahorros...

lunes, 16 de marzo de 2009

LOS NÚMEROS

De pibe andábamos por la calle jugando a la pelota y soñando con jugar en la primera de Independiente, o en el club que cada uno llevaba en su corazoncito. Los adultos pasaban a nuestro lado ignorándonos o participando, de vez en cuando, en alguna jugada. Uno de aquellos ocasionales jugadores adultos que participaban un ratito con nosotros, era “el negro” Maidana. Todos lo queríamos mucho porque, del barrio, era uno de esos tipos al que veíamos casi todo el día y siempre de buen humor. A todos nos llamaba por nuestros nombres y apodos y tenía una risa contagiosa. Un día, mientras jugábamos, paro un patrullero y los polis se llevaron al Negro Maidana a la comisaría. No supimos qué había ocurrido hasta que el hermano mayor del Flecha, un pibe de nuestra barrita de amigos, nos contó lo ocurrido. Al negro se lo habían llevado preso porque se dedicaba a “levantar quiniela” y eso estaba prohibido. Pero ahí no terminaba la explicación porque todos sabíamos, de sobra, que el Negro era “quinielero”; El hermano del Flecha nos explico que Maidana tenía un jefe. A ese jefe le decían “el banquero” y era el que manejaba todo el negocio de las apuestas y para laburar tranquilos, le daba todos los meses un montón de “guita” al comisario y éste le ordenaba a los polis, que no molestaran a los que se dedicaban al negocio de los números. Hasta ahí todo bien, pero entonces por qué detuvieron, aquel día, al Negro Maidana? Y el hermano mayor del Flecha, que todo lo sabía, nos puso al tanto de lo ocurrido. Como nos había dicho, el banquero coimeaba al comisario y éste los dejaba laburar, pero no las tenía todas a favor y cada tanto debía presentar a los jueces a algún detenido acusado de “levantar quiniela” y llegado el momento, el comisario hablaba con el banquero y este le decía a cual de sus hombres podía llevarse por unos días a la comisaría. Con esto, tanto el banquero como el comisario, podían continuar con su “negocio” sin tener que preocuparse por la justicia.
Ahora bien, para qué recuerdo yo todo esto? Lo recuerdo, porque viendo todo “el circo” que están haciendo con ese tal Madoff, se me ocurre que tal y como vienen ocurriendo las cosas en este mundo globalizado y capitalista, el Madoff ese no es más que un peón de este siniestro “juego de apuestas a los números”, que como a mi querido Negro Maidana, esta vez le ha tocado pasar una temporadita en la comisaría, hasta que el temporal de justicia amaine y “los banqueros” puedan continuar haciendo sus fraudulentos negocios mientras los “comisarios” miran hacia otro lado.